27 nov 2010

No más

El 25 de noviembre de 1980, cuando enfrentó a Sugar Ray Leonard por segunda vez, el récord de Roberto Durán era de 72 victorias, 55 de ellas por knock out, y una sola derrota. Cinco meses antes, el panameño le había ganado por puntos a Leonard, logrando la defensa de su título de campeón de los welters de la WBC. A Durán se lo conoce como Mano de Piedra. También, aunque no tanto, como El Cholo o El Animal.
La pelea se realizó en el Superdomo de Louisiana, en Estados Unidos, y en el octavo round, cuando faltaban 16 segundos para la campanada, Roberto Durán levantó las manos y le dijo al arbitro Octavio Meyran "no más, no más". "¿Por qué?", le preguntó el referí. "No más", se limitó a responder Durán.
"Me moví toda la pelea, toda la pelea. Y Vum! Le sacudí la cabeza con un jab. Vum! Se la sacudí de vuelta. Cuando quería llevarme contra las cuerdas, pivoteaba, giraba y Paf! Entrar abajo con un golpe", le dijo Leonard a un periodista de la revista Sports Illustrated después de la pelea.
En Montreal, en la pelea anterior, el estadounidense se le había plantado en el ring a Durán, tratando de ganarle en su propio estilo, y perdió.
En Louisiana, al finalizar el séptimo round, luego de tres minutos humillantes, Durán regresó a su esquina con lo que parece ser una sonrisa. Dos minutos, 44 segundos después la pelea ya había terminado.


11 nov 2010

"y esta desublimación será
compatible con el crecimiento de formas de agresividad tanto no
sublimadas como sublimadas; una agresividad que crece desenfrenada
en la sociedad postindustrial contemporánea."




Ja! Te lo dije, sólo vamos a quedar buitres y hienas, todo va a ser África, el mundo va a volver a ser uno solo, nuestra gran Pangea africana, pero sin árboles, sin hervíboros y sin montañas, sólo nosotros, buitres y hienas, carroñeros y depredadores. Y nene, dejame que te diga algo, vos no tenés facha de duro. Gritás y movés la cabeza, no te cansás de hablar de tus mágicas guitarras digitales y de la fantasía de la polinización, un gran universo de pequeñas boberías, pedazitos de plástico pegados con Poxirán.
Intentá esconderte pero tu camuflaje hoy te delata. Por primera vez en tu vida vas a tener miedo, te vas a cagar en las patas y no vas a tener nadie a quien contárselo.

Tu actitud militante -enternecedoramente militante- no te va a salvar ésta vez, no, no. Seguí mirando al horizonte, estamos por llegar.

8 nov 2010

“Si no estás dispuesto a perseguir tus sueños, te convertirás en un vegetal” Burt Munro (1899-1978)




"¿Eso es bueno o malo?" Robert Mbata (2082-2134)

30 oct 2010

Socio vitalicio

No. No. ¡No! Tienen que ir para atrás, ¡para atrás! La concha de su madre. La concha de su madre. ¡Eh! ¡Ehhh! ¡Ehhhhhhhhhhhh! ¡Ramírez! ¡Ramííííreeeeez! ¡Conchudo! ¡Hijo de puta! ¡La concha de tu madre hijo de puta! ¡Para atrás tienen que ir! ¡¡¡Para atrás!!! ¡Hijo de puta! ¡¡¡Hijo de puta!!! Que hijos de puta. No lo puedo creer. Que hijos de puta. La concha de sus madres. La concha de sus reverendas madres. No lo puedo creer. Para atrás. Para atrás tienen que ir. Hijos de puta, hijos de puta es lo que son. Mierda. ¡Mierda! Permiso, disculpe, permiso. ¡Eh! ¡Ehhh! ¡Bortollini! ¡¡¡Bortollini!!! ¡Dejala pasar! ¡La próxima dejala pasar, me entendés! ¡Eh! ¡¡¡Ehhh!!! ¡Bortollini! ¡Dejala pasar! Otro hijo de puta. Un club de hijos de puta. Todos hijos de puta. Me cago. Me cago en todos. Hijos de puta. ¡Eh! ¡Ehhh! ¡Vos! ¡Sí, vos! ¡¿Qué mierda festejas?!

28 oct 2010

Asad

"Yo dejaba la vida y por eso tuve la banca. Yo dejaba la vida en Vélez, metía los 90 minutos, trituraba a los defensores"

-Entrevista completa al Turco en el diario La Nación aquí-

16 oct 2010

Macarena, Mónica de mi verano, fuego de mis entrañas. Mi alma, mi Lolita. Ma-ca-re-na: cuatro silabas para comenzar desde los labios y terminar con mi lengua sobre el paladar, respirando una a. Ma. Ca. Re. Na.
Es Maca para sus amigas. Es Macarena Rodríguez en la lista de la comisión. Pero, sentada arriba mío, mientras corregimos los ensayos de Nabokov que pedí la semana pasada, es siempre Macarena.

Hemingway

13 oct 2010

Rock

El domingo a la madrugada, cuando me bajaba de un taxi después de haber pasado unas buenas horas bebiendo y conversando en lo de Yudica, Yat asomó su cabeza por la ventana del auto y me grito, "¡M.H., maricón, escribí!". "Ya se, ya se", me disculpé con una risa culposa mientras cerraba la puerta del acompañante. Tenía bien consciente que en el último tiempo había hecho poco y nada en el blog, así que podría decirse que el porquería de Yat había metido el dedo en la llaga. "Chau muchachos", me despedí y el taxi arrancó con Yat gritándome groserías y el Gringo Heinzenknecht totalmente desvanecido por la cantidad de aguardiente que había tomado.
Me acerqué al kiosko en la esquina para comprar cigarrillos, pero después de esperar un minuto sin que nadie me atendiera decidí seguir camino a casa.
Ahora escucho Kapanga mientras escribo estas líneas. Llueve. Elegí el tema "Rock". Es fantástico como el Mono sueña ser Robert Plant al comienzo del video:

4 oct 2010

No quiero ser Tyson en Japón



Los contendientes batallan sin pausa, golpe y golpe, sangre, entre las fascinación y el miedo la multitud ruge, grita y se revuelca en su propio frenesí, terribles hembras aparecen entre round y round y ahí esos que se rompen la cara a manotazos.
Dos hermanos? Dos enemigos? Dos conciudadanos? Dos empresas? Dos ejércitos? Dos vencidos? Dos hijos? Dos pueblos? Dos cartoneros? Dos artistas? Dos Tyson? Dos Foreman? Dos abuelos? Dos estupideces? Dos barbaridades? Dos palabras? Dos mentiras?
Pero siempre uno y sólo un referí.

(Porque un campeón a veces cae, un campeón también cae)

22 sept 2010

tu dios jugará a los dados, pero el mio se mató jugando a la ruleta rusa hace ya bastante tiempo

11 sept 2010

Un marrano

Pablo de Santis de Santis es un cerdo, un cochino. Pero le va bien.
El verano pasado, en el Buquebús a Colonia, le dijo a su esposa Mi amor, espero que aproveches bien este viaje, porque va a ser el último que haces conmigo. Cuando regresamos me separo.
La pareja pasó dos semanas en Punta, ella llorando, él tomando Sol, y, una vez de vuelta en Buenos Aires, Pablo pidió el divorcio.
Cree que fue muy generoso al dejar que Martina pase sus últimos días con él en el Este. Le gusta el lugar y sabe que a ella también. Cuando piensa en ese último regalo, una sensación de calidez se extiende a lo largo de su cuerpo.
Pablo es un hijo de puta. Lo digo porque lo conozco y de cerca. Pero zafa y cuando se acuesta, duerme en paz.

2 sept 2010

Many miles away

El Jefe está cansado, mira solo a través de la ventana la simpleza y pulcritud de cientos de manos ordenadas por el rigor de las tareas. Su escritorio tiene una espléndida vista del hormiguero.Los mira uno a uno, los selecciona, los estudia y divide.

Ellos están embargados en sus labores, cabezas gachas-manos atentas, muy de vez en cuando alguna mirada peregrina cruza la bancada en la cual están dispuestas las máquinas, tan sólo para corroborar que no hay complicidad, cabezas gachas-manos atentas, mirada que como un aguila hambrienta escudriña y vuelve a su nido sin ninguna presa, sin sustento, hambrienta. Las máquinas giran y hacen relucir sus engrasados cuerpos con la luz de los tubos fluorescentes, gimen un extraño canto metálico que poco a poco arropa al gran galpón.


31 jul 2010

Camarones

- ¡Abrí la puerta Gómez! Se terminó la joda hermano. De acá no se van a poder ir-.
La voz esperó unos segundos y, tras no recibir respuesta ni escuchar ruidos dentro de la cabaña, empezó a golpear de nuevo.
- ¡Gómez! ¡Abrí la puerta carajo! Los tenemos rodeados. Ya no hay vuelta, ¿me entendés? Esto se puede hacer tranqui o se puede hacer fulero. Depende de vos-.
Cuando la policía llegó a la cabaña número 5 del camping El Sur, Luis y Andrea seguían durmiendo. Si bien ya eran las 11.30 de la mañana, habían pasado las últimas 18 horas turnándose al volante del auto, antes de llegar a Camarones. El pueblo parecía ofrecer todas las cualidades de escondite temporario. Aislado y olvidado, los fugitivos comenzaron a recorrer sus calles en búsqueda de una posada o un hotel, cuando vieron el letrero de El Sur. Retomaron la ruta 3 y siguieron cinco kilómetros hacia Comodoro hasta llegar al camping. Eran las 6.00, pero el encargado ya estaba en la vieja recepción con un mate recién cebado. Pagaron, dejaron el auto enfrente a la cabaña y diez minutos después ya dormían.
Ahora el Gordo estaba parado frente a la puerta, inmóvil, escuchando los golpes y los gritos que venían desde afuera.
- Gómez, vamos, que si te entregas manso va a ser un punto a favor tuyo en el expediente. A los jueces les gustan esas cosas. Te puede quitar unos años y, si le sumás buen comportamiento, falta de antecedentes, vas a ver que ni siquiera haces toda la condena-.
El sargento Craigs esperó alguna señal, pero el silencio en el chalecito era total.
- Este tipo es medio pelotudo - le murmuró Craigs a los dos cabos que lo acompañaban.
Dejó pasar unos segundos y estaba a punto de golpear de nuevo cuando, sin aviso, desde adentro de la cabaña comenzaron a disparar.
Los tres policías se tiraron al piso y vaciaron sus cargadores contra la puerta. Los dos efectivos en la parte trasera de la cabaña dieron la vuelta corriendo y cubrieron a los hombres.
Pasado el tiroteo, lo único que se escuchaba en el lugar eran los gritos agudos de una mujer. Los tres uniformados en el piso se miraron entre ellos.
- ¿Están bien muchachos? - preguntó Craigs.
- Sí sargento - respondieron asustados los cabos Menéndez y Artuchi.
- Bien - dijo Craigs.
Craigs, Menéndez y Artuchi recargaron sus armas y permanecieron en sus posiciones, apuntando hacia la entrada. Dejaron que pase alrededor de un minuto y, después de comprobar que, salvo por los alaridos femenino, había vuelto el silencio inicial, comenzaron a pararse.
- Cúbranme - ordenó Craigs, que volvió a acercarse a la cabaña.
Aprestado, afinó su oído, pero lo único que escuchaba eran los sollozos que venían desde adentro. Esperó unos segundos, se meceó un par de veces y, luego de dirigirle una señal a sus subalternos, pateó la puerta y entró a la cabaña.
Lo primero que recogieron los sentidos del sargento fueron los nuevos gritos de Andrea. La diferencia de luz entre el exterior y el interior lo habían dejado prácticamente ciego.
- ¡Arriba las manos! - gritó Craigs, apuntando sin ver, guiándose por el sonido.
- ¡Arriba las manos carajo! - volvió a gritar, enervado por los alaridos más fuertes de Andrea.
De a poquito el sargento comenzó a divisar las formas en la habitación. Lo primero que vio fue a la mujer, de aproximadamente 40 años, sentada en la cama, llorando, tapándose con las sábanas. Empezó a mirar a su alrededor en busca de Gómez. Lo encontró tirado en el piso, con el revolver aún en su mano. Un charco de sangre se expandía lentamente alrededor de su cabeza. Craigs se quedó unos instantes mirando al muerto, pero su atención volvió a Andrea.
- ¡Arriba las manos te dije! - gritó, provocando más llanto en la mujer.
- ¡Levantá las manos carajo! - chilló Craigs, mientras Andrea se volvía cada vez más dentro de si misma.
- ¿Así que te haces la boluda? Ya vamos a ver cómo te haces la boluda, eh - dijo Craigs.
El sargento se acercó, la agarró de los pelos y la arrastró fuera de la cama. Andrea trató de agarrarse de lo que pudo y en el camino tiró todo lo que estaba sobre la lámpara de luz al piso. Desnuda y en el suelo, Craigs volvió a sujetarse de su melena, asegurándose de sostener más cantidad de cabello, y empezó a arrastrarla hacia la entrada.
- ¿Sargento? - dudó Artuchi al ver a Craigs salir al exterior, con la mujer gritando y luchando a la rastra.
Craigs se detuvo, volvió a chillarle a Andrea que se callara y lo miró al cabo.
- ¿Cuál es su puto problema Artuchi? - dijo Craigs.
El cabo no dijo nada. El sargento lo observó fijo por unos segundos y luego siguió avanzando hacia la camioneta con la inscripción de la Policía del Chubut. Cuando llegó al vehículo, abrió la puerta, levantó a Andrea, cubierta de una mezcla de polvo y lágrimas, y la empujó adentro de la cabina.
- Concha tu madre, la que te re mil parió - murmuró Craigs tras cerrar la puerta.
El sargento volvió, agitado, a reunirse con Menéndez y Artuchi, a los que ya se les habían sumado Wilkin y Pérez, tomó un par de bocanadas largas de aire y prendió un cigarrillo.
- Que hija de puta - dijo.
- Que puta de mierda- dijo más para si mismo Craigs.
El sargento fumó el resto de su cigarrillo en silencio, mientras que los cuatro hombres que lo acompañaban se quedaron en silencio. Cuando la llama llegaba hasta el filtro, Craigs tiró la culata al piso y la apagó con la punta de su zapato. Miró el cielo y prestó atención a los silbidos de un pájaro. Después volvió su cara con bigote fino a Menéndez, Artuchi, Wilkin y Pérez.
- Bueno muchachos, tenemos un fiambre ahí adentro -, les dijo.
- ¡A laburar! -, aplaudió Craigs.
El sargento y Menéndez y Artyuchi entraron a la cabaña. Wilkin y Pérez fueron al móvil para hablar por radio con la comisaría.

21 jul 2010

God Bless America (o los refugios bajo tierra son el próximo negocio inmobiliario cuando los cantris se llenen)


-Pero que buena fiesta estas dando Mark! Por fín te decidiste a festejar un poco luego de todo lo que ocurrió. Vamos! que hay que vivir la vida, ayer justamente estaba hablando de eso con Jenny, la animaba, le decía que no había razón para estar tristes, después de todo estamos sanos y salvos, y eso es lo que cuenta.

-Eso mismo decía mi esposa y por eso he tomado la decisión de dar ésta fiesta. A todo esto ¿qué opinas del Martini? fue una de las pocas cosas que me decidí a no dejar atrás. Sabía que no podía traer todo lo que tenía allí arriba, pero no estaba dispuesto a resignar el seco sabor de un Martini en mi paladar.

-Ja ja ja! Tú si que eres todo un bon vivant! En cambio John no deja pasar un día sin hablarme de su Buick Skylark celeste, amaba ese convertible. Pero bueno, tú sabes, aquí bajo tierra aunque pudiera haberlo acomodado en nuestra unidad habitacional no hay calles, a cambio nos dieron esos pequeños pasadizos en los que tenemos que apretujarnos. Sin embargo, cada día que pasa me acostumbro más a ésta vida bajo tierra. Tengo más tiempo libre, los ejercicios matinales que imparte la radio han mejorado mi silueta y ya no me preocupa más el clima ja, ja!

-Bueno, todo ha cambiado desde aquel día en el cual las radios vociferaban el ataque nuclear soviético, las primeras noticias sobre las ciudades devastadas, los rumores sobre los efectos de la radiación... ¿Quién sabe qué cosas estén ocurriendo allá arriba? Mutaciones, deformaciones, hambruna, pestes. Por eso sostengo que somos afortunados al tener la posibilidad de seguir nuestras vidas aquí y con todas estas comodidades. Tomando Martini y escuchando el último disco de Lee Konitz. A todo esto, tus aros lucen preciosos!

-Gracias! Oh Jonhy! Tú si que sabes encontrar el lado soleado de la vida!

-Piensa... Martinis, el jazz de Konitz, tu aros... puedo decir sin temor a equivocarme que en estos momentos dentro de éste refugio hay más estilo que en todo lo que queda de la superficie terrestre! God bless America!

15 abr 2010

14 abr 2010

Soñando despierto

El sueño de hace unas semanas me dejó pensando. Bueno, más que me dejó pensando, se me incrustó. El método al menos. Yo hablando conmigo mismo, con otra persona que es yo, un yo mucho más joven. Joven. Ayer, antes de entrar al aula, mientras fumaba un cigarrillo apoyado contra una pared, de repente me encontré imaginándome a mi mismo apoyado contra la pared de enfrente del pasillo. Me evoqué de alrededor de 20 años, después de Italia y Agnes, antes de Toronto, Sherwood y París. Envalentonado por todas las cosas que yo ya se y que el yo de 20 años desconoce, me dieron unas súbitas ganas de que ese joven realmente existiera y que pudiera acercármele y darle una perorata. Probablemente ese deseo venía, y -por qué negarlo- sigue viniendo, de un especie de enojo conmigo mismo por las cosas que hice y, vistas en retrospectiva, ahora desapruebo. Sin embargo, el fantasma era solo un juego de mi fantasía y la edad me ha hecho intolerable y soberbio. Me reí de mi mismo y entré para empezar la clase.

E. Hemingway

27 mar 2010

Mejor tiempo en Le-Mans

Hijito ¿qué te gustaría ser cuando seas grande?

Un héroe de los olvidados,
un muerto entre los vivos,
el Dios de los ateos,
un naufrago sin isla,
una música sin melodía,
un demócrata entre tiranos o un tirano entre demócratas,
Pierre Menard,
ser toda una eternidad el infame Oblonski
y una temporada José K,
todos los árboles y todas las lluvias,
todas las flores y todos los fuegos,
una letra muda,

Padre cuando sea grande seré fuerte

¿?

16 mar 2010

Dientes!!!

Era un chica cuburbana, alrededor de de de de de de de de de 30 años, parecía deportista, aunque de esas que se ponen locas cuando deberían estar muertas dedican esfuerzo a una actividad que con mucha suerte las retribuirá con detener el paso del tiempo y la caida de sus carnes por algunos meses, a lo sumo un año. Pensaba ella parada en la parada de colectivo paraba un colectivo en todo ese tiempo que perdía, aunque de vez en cuando recordaba lo que le había dicho alguna vez su vecina que buen rock and roll "ningún tiempo se pierde, no hay forma de que pueda perderse el tiempo, porque siendo de esa forma uno debería poder encontrar tiempo y eso es tan inverosimil como la propia idea de perder tiempo". Vecina de altos influjos filosóficos y alpedísticos era la que nuestra deportista conurbánica tenía. Pues bien aquí la historia termina y nadie pudo, puede ni podrá impedirlo.

8 mar 2010

Sueño Nro 345.671

Anoche soñé conmigo cuando era niño, cuando apenas tendría cuatro o cinco años, estaba de vuelta en Oak Park. Caminaba por la playa del lago Míchigan, entre la gente del pequeño balneario que se armaba en los cortos pero calurosos veranos, cuando me crucé con un niño perdido llorando. Estaba parado en la orilla con la cabeza mirando hacia el piso, limpiándose los mocos, era yo. Me le acerqué y le pregunté si se encontraba bien, a lo que me respondió que estaba perdido y que no encontraba a su Mamá. "No te preocupes compañero, ahora buscamos a tu Mamá y una vez que la encontramos podés seguir juntando cangrejos", le dije sabiendo que me encantaba amontonar esos bichos en un balde que tenía y efectivamente el niño se tranquilizó un poco y dejó de lagrimear. Lo alcé y comencé a caminar hacia la zona donde soliamos acampar durante nuestras excursiones al lago. Cuando llegamos Mamá estaba con la Tía llorando, mientras Papá ya se había perdido entre la gente en busca mío. Al vernos acercarnos, Grace vino corriendo. Le pasé al niño y entre lágrimas y abrazos le comenzó a preguntar dónde se había metido, por qué se había ido sin avisar y todas esas cosas que las madres asustadas suelen decir. "Gracias señor. Muchísimas gracias. Que Dios lo bendiga", me dijo a mi. "No se preocupe señora. No fue nada. Es un pequeño explorador al que tiene ahí", le respondí. No me reconocía. "Tené cuidado vos pequeño. Tan chiquito y ya armando lío", le dije con una pequeña carcajada al final. Me dio una fugaz mirada triste y volvió a apoyar su cabeza sobre el hombro de su Mamá. No sabía que yo era él. Saludé y me despedí de Mamá, ella me dio nuevamente las gracias y mientras me iba le dije que también le mandaba saludos a su esposo, Papá. Me puse a caminar por la orilla del lago, en dirección contraria a la que había hecho. Al hacer cerca de 100 yardas, me arremangué los pantalones y con mis zapatos aún puestos continué bordeando el Míchigan con el agua hasta mis tobillos.

E. Hemingway

9 feb 2010

Miramar (parte 5)

A las tres de la tarde del martes 13 de enero, Luis Gómez Roldán por fin llegó a Avenida Costanera y la calle 45. Traspirado y agitado por la marcha de dos kilómetros, el Gordo, como le deciamos quienes fuimos cercanos a él, se paró bajo la sombra que venía de los arboles del Vivero Ameghino y miró su reloj. Aún faltan nueve minutos para que Andrea Sqruquolo lo pase a buscar, lo que no es mucho, pero habrá sido una eternidad en ese momento parr Luis. Inquieto, se acercó a la avenida para ver si llegaba a divisar el Clío de Andy, pero a la distancia solo había una camioneta. A los tres minutos de espera un perro sin dueño se le acercó al Gordo, le olió las alpargatas sucias y después siguió su camino hacia el centro. Dos minutos después, Luis se desabotonó dos botones de la camisa y se pasó la mano por la frente para secarse el sudor. A las 15:11 el auto rojo de Andrea se detuvo bruscamente en la esquina acordada y el Gordo se le acercó corriendo. Una vez adentro, los dos se dieron un largo y emotivo beso, y, sin perder más tiempo, arrancaron.
Tras el reencuentro, Luis y Andrea tomarán la 45 hasta la 40, y de ahí hasta la 23 para enganchar con la ruta provincial 88.

(continuará...)
(ver parte 4) (ver parte 3)
(ver parte 2) (ver parte 1)

30 ene 2010

Leo buscando respuestas. Demandandolas.

27 ene 2010

Cuando abrí mi valija fue como si una bomba de canela y paprika hubiera explotado en casa. En el jardín todavía se huele. Cuando me paso la mano por el pelo retorna. Buenos Aires está silenciosa. El paseo en colectivo de anoche fue insonoro, como si las ruedas no tocaran el asfalto. Pasé la cancha de River Plate, Barrancas de Belgrano estaba en paz. Yat viajó conmigo desde Galle hasta Colombo. De ahí se tomó un avión a Dios sabe dónde, no abandona su reticiencia a contar algunos detalles. Dean se quedó allá con Ramyalatha; debe estar disfrutando de las playas todavía. Yo estoy de vuelta, con mi bitacora compartida. Los recuerdos de las últimas semanas siguen volviendo esporadicamente, como un especie de flash que me transporta a un ambiente con una luz cálida y levemente rojiza, ruido y movimiento de mercado, olor a especias y una absoluta falta de temor. Igual, Buenos Aires está poco temerosa también. Está apacible.

2 ene 2010

Sorpresas matutinas

Cuando Tomás Elvirez se despertó la mañana del martes, se dio cuenta que su pene había crecido a un tamaño desproporcionadamente grande. A su vez, esa misma mañana, Paula Tantti se levantó y sintió como sus 95 centímetros de busto se habían duplicado. El miércoles de la misma semana, Claudia Serg amaneció con su vagina en constante y goteante lubricación, mientras que su esposo, Vladimir Serg, no encontraba una manera de detener sus eyaculaciones, que se repetían puntualmente cada 15 minutos. Creo que es casi innecesario agregar que nuestros protagonistas no se presentaron al trabajo el día que descubrieron sus extrañas modificaciones y pidieron unos urgentes días de licencia, aunque sin explicar completamente por qué motivo. Los cuatro se presentaron ante numerosos especialistas que, ante la falta de explicaciones, terminaron derivándolos a las figuras más prestigiosas de la medicina moderna. Sin embargo, los summa cum laude y honoris causa tampoco encontraron respuestas o soluciones. Durante aproximadamente un mes estos malestares provocaron un sin fin de dolores de cabeza a este anónimo grupo de individuos. Pero, asi como un día los síntomas se presentaron sin mayor aviso, otra mañana el miembro de Tomás retornó a su estado habitual, los pechos de Paula se redujeron por la mitad y los genitales del matrimonio Serg detuvieron sus imparables secreciones. Todos volvieron a su vida habitual, aunque en el fondo aún temen volver a despertarse y encontrar nuevos e inesperados cambios en sus cuerpos.