Los lobos famélicos se quedaron sin la estepa, sin la romántica idea de que eran libres y hasta sin un servicio razonablemente aceptable de transporte público. Es hora de aprenderlo, no hay nada peor que una oveja resentida. En realidad sí, una oveja resentida sin un lobo-límite.
La melodía de sus dientes rockea el más orillero de los tangos. triste-triste-tristeza. (rock para los dientes gritaba el último poeta adiestrado por la curia intelectual)
Nanocámaras, telepolicías, inmunoterrorismo, excluidos satelitales, ciberboludos, richistaníes.
Y mimeticamente nos arrastramos a la estepa que ya no existe. Todos del mismo color a tierra barrida por el viento que pasa a través de un alambre de púas. Puras hipérboles de un mundo extremista.
(post realizado bajo los efectos psicotrópicos del conurbano y de esto: http://grooveshark.com/s/El+Charro+Chino/2Bn8To?src=5)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario