2 sept 2010

Many miles away

El Jefe está cansado, mira solo a través de la ventana la simpleza y pulcritud de cientos de manos ordenadas por el rigor de las tareas. Su escritorio tiene una espléndida vista del hormiguero.Los mira uno a uno, los selecciona, los estudia y divide.

Ellos están embargados en sus labores, cabezas gachas-manos atentas, muy de vez en cuando alguna mirada peregrina cruza la bancada en la cual están dispuestas las máquinas, tan sólo para corroborar que no hay complicidad, cabezas gachas-manos atentas, mirada que como un aguila hambrienta escudriña y vuelve a su nido sin ninguna presa, sin sustento, hambrienta. Las máquinas giran y hacen relucir sus engrasados cuerpos con la luz de los tubos fluorescentes, gimen un extraño canto metálico que poco a poco arropa al gran galpón.


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